Está claro que ingenio no tiene límites. Solo así se explica que una combinación tan extravagante como la que conforman entre el kitesurf y los drones haya dado lugar a un nuevo deporte, que ya se conoce como ‘dronesurfing’. Surgen cada vez más utilidades para los drones y siempre más alejadas de lo que para estos aparatos fueron concebidos.

Ahora a través del Freefly System Alta 8 es posible emular a aquellos que practican el kitesurf, pero sin necesidad de comprarse una cometa ni estar pendiente de la fuerza del viento. Basta con tener una tabla de kitesurf y este modelo de dron capaz de cargar con la tabla y el surfista por encima del agua mientras dirige nuestro rumbo. De momento, se trata de una actividad elitista porque comprarse el equipo completo supone una inversión de al menos 16.500 euros. Es lo que cuesta el Freefly System Alta 8, más el control remoto y el sistema First Person View. Y es que estos artilugios estaban destinados para transportar equipos de vídeo pesados y no para surcar los mares. Por cierto, faltaría por incluir en el presupuesto la tabla que rondaría los 1.000 euros de ser de kitesurf, aunque podría valer la de wakeboard. Es algo más económica y se puede conseguir por menos de 500 euros.

Alternativa a otros deportes acuáticos

Apenas unos días después de su nacimiento, ya hay quienes ven con el ‘dronesurfing’ la posibilidad de desarrollar habilidades para el kitesurf. Se trata de uno de los deportes acuáticos más complejos y todo principiante choca con la barrera del equilibrio entre el viento y la cometa. Parece que con el ‘dronesurfing’ el aprendizaje resultará más sencillo y algunas escuelas de kitesurf se plantean incluso introducirlo dentro del proceso de iniciación. De momento, por la red circulan vídeos de algunos practicantes de ‘dronesurfing’ en Estados Unidos y también en Australia y parece que no es necesario contar con el mar cerca. Los lagos, pantanos y embalses también podrían valer, al menos en los que se permitan las actividades acuáticas. 

Si termina por convertirse en deporte, tal vez a Gisela Pulido le dé por cambiar de disciplina para asumir nuevos retos. La ‘kitesurfista’ española, dominadora absoluta del circuito femenino de kitesurf, aceptó este verano el Desafío Movistar, que consistía en recorrer con su tabla las Islas Canarias en siete días, y cumplió con éxito el reto.

En condiciones climáticas adversas, puede ser una alternativa no solo para los amantes del kitesurf sino también para surfistas que están siempre a expensas de las olas y con el ‘dronesurfing’ pueden perfeccionar algunos de sus giros, como con el skatesurfing fuera del agua. En este gremio está también de moda el cabalgar las olas artificiales, aunque ya se sepa de antemano que en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se competirá con olas naturales y ya hay expectación por saber quién será el primer campeón olímpico con varios candidatos en las apuestas, como se puede ver aquí: http://extra.bet365.es/news/es/