En las cenas románticas siempre se dice que lo mejor es “el postre”, pero con el siguiente regalo esta frase va a cobrar todo el sentido del mundo. Y es que con esta pintura de chocolate comestible vosotros seréis el postre de la cena de San Valentín.

Nada hay más sensual que saborear el chocolate directamente del cuerpo de la persona que amas, y eso es precisamente lo que nos permite esta pintura corporal de chocolate. Para aplicar el chocolate el regalo viene provisto de un suave pincel que hará suaves cosquillas en la persona que actúe como “lienzo”.

El límite del los dulces juegos que se puedan hacer con esta pintura especial lo ponéis vosotros y los golosos que seáis. La pintura puedes utilizarla sin problemas en la cama porque ni es pringosa ni deslizante, por lo que si la utilizas con mimo no caerá en las sábanas. Y si cae no hay tampoco problema porque es fácilmente lavable.

El tamaño del bote de pintura es grande, conteniendo hasta 150 g. de chocolate comestible. Ni que decir tiene que la pintura además de sabor tiene olor a chocolate.  Si queréis pasar una velada de San Valentín inolvidable y disfrutar del chocolate como nunca antes, esta pintura corporal os lo pondrá muy fácil.