Se le conoce como amigo invisible o amigo secreto, y es una tradición que cada vez se hace más arraigada en algunas fechas especiales del año como la Navidad o el Día de la Amistad. En el ámbito laboral, celebrar el amigo invisible es una buena oportunidad de estrechar vínculos entre nuestros colegas, aunque puede resultar una tarea compleja si apenas conocemos a la persona que nos ha tocado. Si aún no sabes qué regalar, acudimos en tu ayuda con algunas ideas muy originales. Esperamos que sean de tu agrado.
Evidentemente, si no conocemos a nuestro amigo invisible, las posibilidades de acertar con el regalo son bastante nulas, así que planifica con antelación y trata de descubrir aquellas cosas que más le motivan. De este modo, no harás el ridículo apareciéndote con un kit de entrenamiento deportivo si tu amigo secreto es más de pasar el tiempo en casa (o viceversa). Con mucha discreción y un poco de astucia, de seguro podrás conocer sus gustos y prioridades.
Por supuesto, a todos nos gustaría recibir el último modelo de iPhone como regalo, sin embargo, existen incontables oportunidades a las que podemos recurrir para hacer de nuestro regalo algo personal y muy valorado. En este sentido, no existen límites. Desde una maceta de golosinas o una bufanda bordada con el escudo de su equipo de fútbol favorito, hasta un llavero artesanal o una agenda personalizada, basta con que pongas un poco de empeño para dar con el obsequio perfecto.
¿No tienes presupuesto? No te preocupes, regálale a tu amigo invisible un cupón de deseos y habrás salido airoso de la situación. Esto puede ser a modo de talonario donde incluyas un servicio a prestar en cualquier momento y situación que tu amigo lo requiera. Ayudarle a terminar un tedioso informe alguna vez, asistirlo cuando la impresora se averíe, comprometerte a llevarlo y traerlo del trabajo durante toda una semana, cualquier cosa que se te ocurra. Conforma los deseos de acuerdo a tu experiencia personal y aquellas situaciones en las que tu amigo pueda necesitarte más.
En algunas ocasiones, es preciso sacrificar originalidad por seguridad, ya sea porque no conocemos a esa persona a fondo o porque preferimos decantarnos por un regalo tradicional a tener que aventurarnos con algo más exótico. En ese caso, bien puedes regalar prendas de vestir, zapatos o unos hermosos gemelos, y si se trata de tecnología, de seguro quedarás más que bien con tu amigo. Eso sí, asegúrate de regalar algo que sabes que le será útil y a la vez perecedero.
Un bautismo de buceo, una jornada de barranquismo, una divertida sesión de rafting, y si se trata de despertar ese niño interior que todos llevamos dentro, puede servir incluso una escapada a algún parque cercano de atracciones. Si tu amigo invisible es de esas personas que no puede despegarse de su escritorio ni un segundo, tú puedes ayudarle a romper la rutina e invitarle a que experimente algo diferente y electrizante. Sin duda, te lo agradecerá al regreso.